Loco, iluso, soñador, trastornado, ingenuo… y la lista de calificativos que varios aplican a Don Bosco cuando lo oyen hablar de sus proyectos y propuestas podría continuar. Los desafíos que tuvo que enfrentar fueron enormes y en todos los ámbitos: eclesial, político, social, económico. Un contexto tan adverso y conflictivo podía tentarlo de encerrarse en proyectos pequeños, que le permitieran dar alguna que otra respuesta y nada más. Pero no fue así.
Si algo caracteriza a Don Bosco es su magnanimidad, su capacidad de tener un espíritu que quiere llegar a todos, con respuestas integrales y de efectiva promoción, educación y evangelización. No es que busque fama en los grandes proyectos, sino que su corazón no para hasta encontrar las propuestas más integrales y generosas. El Oratorio es el primer paso, al que le sigue la formación profesional, luego la escuela, luego viene la creación de la congregación salesiana, da otro paso con la Familia Salesiana, otro con las misiones y así adelante… su corazón no para de soñar y sus manos de hacer realidad esos sueños, contando siempre con gran cantidad de jóvenes y laicos a quienes hace corresponsables de su espíritu y misión.
Todo esto lo lleva adelante movido por una gran fe: “vivía como si viera al invisible”, por una confianza inmensa en la Auxiliadora: iniciadora y sostenedora de esta obra, a lo que suma su gran realismo y su agudeza para ver la realidad y descubrir los verdaderos desafíos del mundo juvenil.
En el séptimo día de esta novena, pedimos un corazón magnánimo, creyente y, por eso mismo, confiado y arriesgado. Caminando con el corazón en el cielo y los pies en la tierra, porque estamos…
¡Anclados en la Esperanza!
ORACIÓN:
Dios, Padre bueno, que diste a Don Bosco y corazón grande y generoso. Te pedimos la fuerza de tu espíritu para que nuestra Familia Educativa Salesiana sepa responder con generosidad y decisión, con fe y realismo, a los grandes desafíos que nos plantea hoy el mundo de los jóvenes y sus necesidades más profundas. Confiados en el Auxilio de María. Por Jesucristo, nuestro Señor. .
Amén.
• Ponemos una intención especial por todos los miembros de la Familia Educativa Salesiana, para que no se cansen de soñar en grande, movidos por el realismo y la fe.