NOVENA DON BOSCO

Don Bosco: padre, maestro y amigo peregrino de la esperanza

DÍA 9

Llegamos al final de esta novena, mañana nos convocará una vez más la memoria y recuerdo agradecido con nuestro fundador. Es una ocasión privilegiada para cultivar esa esperanza comprometida que se manifestó en Don Bosco en cada una de sus opciones y proyectos, la misma esperanza que maduró en el silencio contemplativo en medio de cada una de las cruces que le tocó vivir. Porque su alegría radiante y su esperanza profunda se nutren de la cruz abrazada y asumida, con todos sus dolores y enseñanzas.

Por eso, al final de estos días, asumamos de corazón como Familia Educativa Salesiana de Bolivia, la invitación a una esperanza activa, encarnada en el mundo de los jóvenes, enraizada en el Dios de la Vida, expresada en la amabilidad, paciencia y ternura.

“Hoy, más que nunca, se necesita presencia y testimonio. Como presencia, la nuestra, y como testimonio la alegría que nace de nuestra fe esperanzada porque la fe y la esperanza avanzan juntas.

Tenemos que soñar de nuevo el sueño de los jóvenes. Tenemos que colocarnos en esa disposición de vencer lo que tanto miedo ha impedido de hacer realidad. Oratorios, centros juveniles, escuelas, centros de formación, obras sociales, parroquias, cada una de nuestras obras tiene que dejarse inundar del corazón vivo, generoso y revitalizador de cada joven que trasforma casas en espacios de vida. ¡Queremos esa vida! ¡Es esa vida la que nos salva!”

Somos hijos de un padre, maestro y amigo, que es peregrino de la esperanza; tenemos sus genes carismáticos, no bajemos los brazos, menos ahora porque hoy, más que nunca estamos invitados a testimoniar

¡Anclados en la esperanza, peregrinos con los jóvenes!

ORACIÓN:

Padre y maestro de la juventud, San Juan Bosco, que dócil a los dones del Espíritu

especialmente para los pequeños y los pobres, signo de la predilección amorosa de Dios.

Enséñanos a ser amigos del Señor

para que descubramos en Él y en su Evangelio el sentido de la vida y la fuente de la verdadera felicidad. .

Ayúdanos a responder con generosidad a la vocación recibida de Dios, para ser en nuestra vida diaria constructores de comunión y, unidos a toda la Iglesia, colaborar con entusiasmo en la edificación de la cultura del amor.

Concédenos la gracia de perseverar en la vivencia intensa de la vida cristiana, según el Espíritu de las bienaventuranzas. Y haz que, guiados por María Auxiliadora, nos encontremos un día contigo, en la gran familia del cielo.

Amén.

• Ponemos una intención especial por todos los miembros de la Familia Educativa Salesiana de Bolivia para que sepamos trabajar en comunión de espíritu y misión al servicio de los jóvenes más pobres, que, anclados en la esperanza, para nosotros, tiene un nombre: Jesucristo.

¡San Juan Bosco, ruega por nosotros!