2cc

 

PALABRA DE DIOS

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«Sean misericordiosos como su Padre es misericordioso; no juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados; den, y se les dará: les verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante, pues con la medida con que midan se

Les medirá a ustedes». Lc 6, 36-38

REFLEXIÓN BREVE

En el Evangelio de hoy Jesús nos desvela, una vez más, a un Dios compasivo, que no juzga, que perdona y que nos ama por encima de todo. Y una vez más nos invita a ser como nuestro Dios. Se trata de perdonar, de no juzgar, de no condenar, de dar y amar sin medida. Jesús en esta Cuaresma nos está enseñando una nueva forma de vivir y nos invita a revisar nuestros valores y nuestro proyecto de vida. La Cuaresma es un tiempo que implica toda nuestra vida, todo lo que somos. Que en nuestras comunidades educativas sepamos ser reflejo de esta forma de vivir el Evangelio.

ORACIÓN

Ama, ama, ama, ama, ama, ama, ama. El Amor que de Dios viene

Es solidaridad.

Es el que nos capacita para dar, Para amar,

Para acompañar, Para escuchar, éste SÍ es solidaridad.

Es ése que nos compromete de verdad, compromiso vital.

Ama, da, ama, da, ama, da, cada día, sin dudar, eres hijo e hija de Dios.

ENTRA EN TU INTERIOR

  • Subraya dos palabras que te hablan alto y claro al corazón y que te remueven por dentro, sin dudar.
  • Repite con oración subvocal dichas palabras…
  • Escribe lo que han generado en tus pensamientos y en tu emoción… Escribe sin parar, aquí la ortografía no puntuará…
  • Escribe para ti, para Él.

ORACIÓN FINAL

Por Él, DA VIDA…

Señor, me confieso débil y pecador, reconozco que todos tus juicios son sensatos y justos y que lo que aún hay de malo en mi vida es debido a todas aquellas áreas que no he rendido a tu luz y a tu amor. Pero, Señor, hoy clamo por tu misericordia, apelo a tu amor desmedido por los que te buscamos, sé que comprendes mis flaquezas y me perdonas, hoy te pido tu gracia para levantar delante de tu admirable luz, toda mi persona; ilumíname, Señor, para pertenecerte por completo.