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PALABRA DE DIOS

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. La generación de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.

José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

Mt 1, 16. 18-21

REFLEXIÓN BREVE

José, María, Jesús… Confianza, acompaña- miento y saber estar, desde la llamada de Dios… Día extraordinario para reflexionar acerca de nuestra vocación… Despierta, como José, lo que en ti está dormido y haz lo que dice “el ángel del Señor” … ;)

ORACIÓN

Rezamos con el papa Francisco y lo que dice sobre San José:

“Es un hombre fuerte y de silencio. En mi escritorio tengo una imagen de San José durmiendo. Y durmiendo cuida a la Iglesia. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de San José, para que lo sueñe”.

Consideró la idea de “levantarse con Jesús y María”: “Estos preciosos momentos de descanso, de pausa con el Señor en la oración, son momentos que quizás nos gustaría poder prolongar. Pero, como San José, una vez que hemos escuchado la voz de Dios, debemos sacudirnos el sueño; debemos levantarnos y actuar” (cf. Rm 13,11).

ENTRA EN TU INTERIOR

  • ¿Estás todavía en el sueño?
  • ¿Te levantaste para actuar? Recuerda que estás invitado a salir al encuentro del Hermano.
  • ¿Qué dice de ti al verte delante de San José?

ORACIÓN FINAL

Oración a San José extraída de la carta apostólica Patris corde

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.

Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.