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EL MUNDO NECESITA DE LA MISERICORDIA

PALABRA DE DIOS

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al Monte de los Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles: “Id a la aldea de enfrente, y en cuanto entréis, encontraréis un borrico atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os pregunta por qué lo hacéis, contestadle: El Señor lo necesita, y lo devolverá pronto”.

Fueron y encontraron el borrico en la calle atado a una puerta; y lo soltaron. Algunos de los presentes les preguntaron:

“¿Por qué tenéis que desatar el borrico?” Ellos le contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.

Llevaron el borrico, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó. Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el campo. Los que iban delante y detrás, gritaban: “Viva, bendito el que viene en nombre del Señor.

Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.

¡Viva el Altísimo!”

Mc 15, 1-39

REFLEXIÓN BREVE

Celebramos hoy el Domingo de Ramos que da inicio a la Semana Santa, porque es una semana llena de alegría, de vida, de muerte y de resurrección. Acompañemos al Señor, que es el Rey pacífico y humilde que entra en la ciudad Santa de Jerusalén para ofrecer el sacrificio de la nueva alianza en su cuerpo, llevando a plenitud la obediencia del Padre, que era destruir el muro que nos separa del otro, la violencia, nuestra incapacidad de amar. Jesucristo se entrega a sí mismo y se ofrece como el cordero en la nueva Pascua,  es decir, como un hombre humilde, manso; y nos introduce en el gran paso de la Pascua.

Los hebreos profetizaban la resurrección de Cristo, por eso el Señor culmina la peregrinación de todo este tiempo yendo a Jerusalén y culmina, además, el ministerio mesiánico de proclamar el Reino, anunciado con signos, milagros y prodigios; como hemos visto. Ahora su destino debe consumarse en Jerusalén.

“Bendito el que viene en el nombre del Señor, Hosanna en el cielo”. El Señor se manifiesta como Rey, que toma posesión de la ciudad del Gran Rey, así entra a Jerusalén y así es recibido. ¿Y quién es este Rey? ¿A dónde va y qué hace este Rey? Pues este Rey entra a Jerusalén, entra en la historia, entra en la muerte por amor al pecador, a nosotros. Hoy lo que necesita el mundo no son armas, sino Evangelio,

La Buena Noticia. El mundo necesita de la misericordia, no del juicio y la violencia.

Mons. José Luis del Palacio.

ORACIÓN

“Señor Jesús, reconozco que Tú eres el rey triunfador, el rey humilde que vienes a dar la vida por mí y por todos, te pido, que por favor, entres en mi vida. Ayúdame a vencer todo pecado y todo mal.

Jesús, así como entraste triunfal a Jerusalén, entra triunfante a mi propia vida. Superando al “hombre viejo”, quiero ser dócil y darte la gloria que te mereces. Cada vez que la gente vea algo bueno en mí, venza mi orgullo y vanagloria y reconozca tu obra en mi persona. Con esta aptitud humilde quiero entregarme a ti y a los demás con Amor.

Gracias Jesús por dar tu vida y por darme la fuerza para vencer todo mal, gracias. Dios Bueno y Misericordioso, gracias porque con tu victoria, me muestras lo mucho que me estás amando. Amén.”

ENTRA EN TU INTERIOR

Es momento de buscar calma, de hacer silencio y escuchar todo lo que Dios tiene que decirte. Respira, aléjate del ruido, tranquilízate y desde esa calma, reflexiona. Es momento de plantearte: ¿Es Jesús tu verdadero Rey? ¿Cómo resuenan en ti estas palabras que acabamos de proclamar? Empieza la Semana Santa, Jesús dio la vida por ti… ¿Eres consciente en tu día a día?

ORACIÓN FINAL

¡Hosanna al Hijo de David!, bendito el que viene en nombre del Señor, el Rey de Israel.

¡Hosanna en el cielo!Señor, que llegue a nosotros tu Reino de justicia y paz.