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MULTIPLICARÉ VUESTRA DESCENDENCIA COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO

PALABRA DE DIOS

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés: «Anda, baja de la montaña, que se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de

Egipto. Pronto se han desviado del camino que yo les había señalado. Se han hecho un becerro de metal, se postran ante él, le ofrecen sacrificios y proclaman: “Este es tu Dios, Israel, el que te sacó de Egipto”».

Y el Señor añadió a Moisés: «Veo que este pueblo es un pueblo de dura cerviz.

Por eso, déjame: mi ira se va a encender contra ellos hasta consumirlos. Y de ti haré un gran pueblo».

Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: «¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, ¿con gran poder y mano robusta? Por qué han de decir los egipcios: “¿Con mala intención los sacó, para hacerlos morir en las montañas y exterminarlos de la superficie de la tierra”?

Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre”».

Entonces se arrepintió el Señor de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo.

Ex 32, 7-14

REFLEXIÓN BREVE

Tres ideas destaco en este texto.

Primera: la espera expectante de la manifestación de Dios hace perder la consistencia al pueblo y decide fabricarse un “becerro de oro”. Hoy seguimos expectantes, y ante el vacío existencial y nos decantamos por otros “becerros”: el poder, la riqueza, la tecnología, el consumismo y el hedonismo. Hay una tendencia irrefrenable a buscar el placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida.

La segunda: Dios se encuentra ante un pueblo que lo define como de “dura cerviz”. Hoy también seguimos un comportamiento de tal dimensión. La «dura cerviz» o la «dureza de corazón» son el resultado de la afirmación de sí mismo y del propio modo de pensar y desembocan en la negativa a escuchar a Dios y a reconocer la necesidad de ser salvados por él.

La tercera: “Creced multiplicaos y os daré la tierra a vosotros y a vuestros descendientes...”

Dios nos ha dado la tierra, para guardarla, cultivarla con respeto y equilibrio (Papa Francisco).

“Y puso al hombre en el Edén para que lo cultivara”. Se dice que estamos en el Antropoceno (Paul Crutzen 2002), una época en la que los seres humanos, más que las fuerzas naturales, son la causa del cambio planetario, iniciado en la mitad del siglo XXI. Alguna responsabilidad debe recaer sobre el ser humano como depredador de tal encomienda.

ORACIÓN

¡Pueblo de dura cerviz!

Reconozco Señor que formo parte de un pueblo de dura cerviz y te pido perdón:

Por las veces que he cambiado tu mensaje de Padre por mis palabras de hijo rebelde.

Por las veces que he pensado que mejor es fiarse de los hombres que tiene poder, que seguir tus enseñanzas.

Por las veces que he soñado que era mejor seguir en Egipto que peregrinar por el Sinaí.

Por las veces que he creído que tu palabra era demasiado exigente para los “tiempos que corren”.

Por las veces que he pervertido tu mensaje exigente porque no se ajustaba al mío, mucho más laxo.

Por las veces que te he deseado ofrecerte sacrificios y rituales, aunque fueran vacíos de contenido.

Por las veces que he preferido elegir el “becerro del hedonismo” porque favorece el mínimo esfuerzo.

Por las veces que he provocado tu ira, con mis actitudes incoherentes.

Por las veces que he ignorado a tus siervos Abraham, Isaac o Jacob, porque me resultaban demasiado exigentes.

Por las veces que no he apreciado el regalo que me hiciste de una tierra nueva.

Por las veces que he legado a mi descendencia una tierra empobrecida.

Por las veces que he dudado que multiplicarías mis descendientes como las estrellas del firmamento.

Por las veces que en lugar de poseer la tierra la he esquilmado en beneficio de un mayor consumo.

ENTRA EN TU INTERIOR

A Dios le agrada la compasión, hacer la justicia, liberar a la persona de lo que mata su vida…

¿Esta afirmación es evidente para ti?

El “sueño” de Dios fue crear un mundo y humanidad nueva (Isaías 35, 1-10; 61, 1-3)

¿Qué crees que sueña Dios para nuestro mundo? y ¿cuál es el deseo de Dios para contigo? ¿Tus sueños, tienen que ver con los ideales y sueños de Dios?

ORACIÓN FINAL

Señor cambia mi modo de ser, para que descubra Tu imagen en todo lo que existe.

Para que use con responsabilidad cuanto has puesto a mi servicio Para que los dones que me has dado los desarrolle para la mejora de la tierra. Para que pueda descubrir tu aliento en el silencio, en el frescor y en el calor del “edén”. Para que sepa alabarte como

Creador