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EL REINO DE DIOS HA LLEGADO A USTEDES

PALABRA DE DIOS

Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada, pero algunos de ellos decían: “Éste expulsa a los demonios por el poder de Belcebú, el Príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, exigían de Él un signo que viniera del cielo.

Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: “Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino?

Porque como ustedes dicen: Yo expulso a los demonios con el poder de Belcebú. Si Yo expulso a los demonios con el poder de Belcebú, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si Yo expulso a los demonios con la fuerza de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes.

Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita las armas en las que confiaba y reparte sus bienes.

El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.

Lc 11, 14-23

REFLEXIÓN BREVE

Me sugieren que haga un comentario a este evangelio relacionándolo con el mensaje ecológico.

En mi etapa misionera en la selva peruana, he sido testigo del endemoniado mutismo con que se silencia la tragedia ecológica y personal que viven las comunidades nativas del río Madre de Dios. Realmente solo Jesús podría liberarnos de este mutismo.

Y hubo unas religiosas valientes que alzaron su voz, pero, amenazadas en su integridad, tuvieron que abandonar su misión.

En este evangelio Jesús realiza el milagro de expulsar al demonio que causaba el mutismo; sin embargo, en lugar de ser reconocido como alguien que realiza una obra buena, algunos le acusan de hacerlo por el poder del demonio. También aquellas religiosas fueron acusadas de servir oscuros intereses.

Jesús argumenta que no tendría sentido que Satanás estuviera expulsando a sus propios secuaces, ya que eso debilitaría su propio reino. En cambio, afirma que si expulsa demonios por el dedo de Dios, esto significa que el reino de Dios ha llegado a la gente.

La analogía del hombre fuerte destaca la superioridad de Jesús sobre las fuerzas del mal. Jesús compara a Satanás con un hombre fuerte cuya casa es asaltada por alguien aún más fuerte (Jesús mismo), y este “hombre fuerte” despoja a Satanás de su influencia.

Solo bajo la fortaleza de Jesús puede la Iglesia amazónica profetizar ante el desastre infligido a la naturaleza y la vida de los humildes.

ORACIÓN

En este momento de oración, elevo mi voz hacia Ti, reconociendo la fuerza que me das para vencer el mutismo. Me acerco con humildad, buscando sabiduría en el evangelio de hoy, donde Jesús enfrenta acusaciones injustas mientras demuestra su autoridad. Así pido discernimiento y fuerza en mi vida espiritual.

Maravillado ante tu poder transformador que liberaba a los oprimidos por fuerzas demoníacas, y admirado de tus sabias respuestas, te pido conocimiento para argumentar contra las afirmaciones de la incredulidad y las acusaciones irracionales con que a veces se señala a tus seguidores.

Que pueda aprender de Ti, manteniendo firmes los principios del Reino de Dios ante las adversidades y respondiendo siempre con amor y verdad.

Al igual que Jesús reveló el reino de Dios al expulsar demonios por el dedo de Dios, pido que tu Reino sea visible en las vidas de quienes queremos seguirte.

Derrama tu Espíritu sobre nosotros, fortaleciendo nuestra fe y guiándonos en la comprensión de tu Palabra.

Que podamos ser testigos de tu amor en cada aspecto de nuestras vidas, proclamando con valentía la llegada de tu Reino en este mundo necesitado de esperanza y salvación.

Agradecemos, Dios todopoderoso, tu Gracia y fidelidad. En el nombre de Jesús, nuestro Salvador, Amén.

ENTRA EN TU INTERIOR

Recuerda alguna de tus “valentías”, cuando fuiste capaz de decir lo que nadie se atrevía. Y recuerda también alguna tus “cobardías”, tu mutismo o incapacidad de pronunciarte ante algo que atentaba contra el Reino de Dios.

Reconócete también en este Evangelio si se da el caso de que has expresado rechazo a alguna medida social, ley o decreto favorable a los desfavorecidos, porque quienes las elaboraron son “hijos de Satanás”.

¿Necesitas más “señales” para reconocer la acción de Dios en el mundo?

ORACIÓN FINAL

Señor Jesús, que con tu palabra sanaste al mudo y con tus argumentos nos diste a conocer que el Reino de Dios estaba entre nosotros; concédenos sabiduría para descubrir tu acción en el mundo, fortaleza para vencer las críticas y ser, contigo, de los que “recogen” y no de los que “desparraman”, con ayuda de la Buena Madre. Amén.