15cc

EL VERDADERO ES EL QUE ME ENVÍA

PALABRA DE DIOS

En aquel tiempo, recorría Jesús Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las Tiendas. Una vez que sus hermanos se hubieron marchado a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas.

Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron:

« ¿No es este el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que este es el Mesías? Pero este sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene». Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado». Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

Jn 7, 1-2. 10. 25-30

REFLEXIÓN BREVE

La “fiesta de los Tabernáculos” duraba ocho días en los que el pueblo de Israel dejaba su casa y debía vivir bajo una tienda o una choza de hojarasca, recordando cómo Yahveh los acompañaba por el desierto. Cada vez que acampaban se ponía en el centro una tienda con el “Arca de la Alianza”.

Dice el texto que Jesús hablaba abiertamente: la gente se admiraba de su doctrina, porque hablaba “con autoridad”. Hasta los guardianes que debían prenderlo decían: “¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre!”

Otros pensaban que buscaba conseguir fama y honra para él mismo. Sin embargo, dejaba claro que su propósito era buscar la gloria del Padre que le había enviado.

Eran los líderes judíos los que cuestionaban su enseñanza, porque no había estudiado en sus escuelas rabínicas. Además, no podía ser el Mesías, porque su nacimiento debia ser sobrenatural, y ellos sabían de dónde era, incluso le acusaron de haber nacido de fornicación.

Entonces los lideres decidieron matarlo, aunque no dudaban de la autenticidad de sus obras, o la autoridad de su enseñanza, o de su vida. El problema es que no se ajustaba a las expectativas que los judíos se habían hecho del Mesías y sobre todo los líderes religiosos que veían crecer su popularidad entre las multitudes.

ORACIÓN

Creo que Jesús es el Hijo de Dios

A mí me conocéis, pero el Verdadero es el que me ha enviado

— ¿Qué sabes tu del Verdadero? Es el Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. En verdad os digo: el Hijo no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él. El Padre y yo somos uno.

— ¿Y te atreves a llamarlo Padre? ¡Fijaros qué gran amor nos ha dado el Padre, que permite que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! Nadie llega al Padre sino por mí.

— Eres digno de ser condenado a muerte, porque siendo hombre que haces Dios, y eso es blasfemia Si creéis que he hablado mal, muéstrame en qué.

— Nosotros tenemos una ley y según ella debes morir, porque has pretendido ser el Hijo de Dios. Vuestros padres ya persiguieron a los profetas y ahora vosotros seguís haciendo lo mismo

— No eres el primero que llega a Jerusalén y se cree ser un profeta ¿Qué dice la gente que soy yo?

— Unos dicen que eres el Bautista, otros que Elías y otros que eres el Mesías. Sin embargo, es mejor que muera uno por todo el pueblo, que no que perezca la nación entera  Entonces intentaron agarrarlo para matarlo, pero no había llegado su hora.

ENTRA EN TU INTERIOR

Hoy la palabra de Jesús siguen despertando actitudes ambivalentes: unos están abiertos y son receptivos, mientras que otros son cínicos y se cierran a su mensaje. ¿Por qué cuando alguien está dispuesto a hacer la voluntad de Dios, aparecen tantas dificultades? ¿Qué te dice esta afirmación de Jesús?: “Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas”.

ORACIÓN FINAL

Señor, pretender conocer al Padre sin pisar tus caminos, es una quimera. Ya hace tiempo que camino a tu lado, y todavía me cuesta ver al Padre, y sin embargo creo que el Padre se manifiesta a través de Ti. Creo firmemente que El Espíritu me enseñará todas las cosas que me parecen ocultas y me recordará todo lo que me has enseñado. A pesar de mi escasa fe, confío en tu palabra.