FLORECILLA

“Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos”. (Lc 2,48)

No hay duda de que la vida de la Virgen María estaba, desde su inicio, bajo la fuerte influencia del Espíritu de Dios. Su gran encuentro con el Espíritu fue la Anunciación del ángel que culminó con la encarnación. Allí María tuvo su primer Pentecostés: “El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el Poder del Altísimo te cubrirá con su sombra” (Lc 1, 35).

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