NO TE HAGAS ESPECTADOR, ¡ACTUA! COMPARTE TU PAN
PALABRA DE DIOS
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas.
Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo:
Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.
Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora este es consolado aquí, y tú atormentado.
Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento.
Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. Él entonces dijo:
No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.
Lc 16, 19-31
REFLEXIÓN BREVE
En Alepo, muchos ancianos fueron abandonados por sus hijos a causa de la guerra, y no quedaba nadie para atenderlos y proporcionarles comida, por lo que quedaron al margen de la sociedad y de la vida. Viven aislados.
Youssef es una de esas personas que se benefician de nuestro proyecto “Pan Compartido”.
Cada día preparamos una comida caliente que cocinamos y entregamos a las personas mayores en su propio hogar.
Un día, reunimos alrededor de la misma mesa, a los ancianos en la casa de los maristas.
Al final del almuerzo, Youssef expresó su agradecimiento y dijo: “La comida de hoy sabe mejor que de costumbre porque la comí con otras personas”.
Aunque distribuimos comida con una sonrisa, oídos atentos y un corazón abierto, José nos iluminó que todo lo que hacemos puede ser de las migajas del mundo. Lo esencial es considerar a las personas como tal y reforzar su pertenencia a la humanidad. Ésta es la esencia de nuestro trabajo solidario, es decir, construir una relación con el otro antes de compadecerlo.
ORACIÓN
Oración del Pobre (Kairoi)
Vengo ante Ti, mi Señor, reconociendo mi culpa, con la fe puesta en tu amor, que tu me das como a un hijo.
Te abro mi corazón, y te ofrezco mi miseria, despojado de mis cosas, quiero llenarme de Ti.
Que tu espíritu, Señor, abrase todo mi ser.
Hazme dócil a tu voz, Transforma mi vida entera.
Hazme dócil a tu voz Transforma mi vida entera.
Puesto en tus manos, Señor, siento que soy pobre y débil, más tú me quieres así, yo te bendigo y te alabo.
Padre, en mi debilidad, tú me das la fortaleza.
Amas al hombre sencillo, le das tu paz y perdón.
ENTRA EN TU INTERIOR
Conocemos la gran dificultad que surge en el mundo contemporáneo para identificar de forma clara la pobreza. Sin embargo, nos desafía todos los días con sus muchas caras marcadas por el dolor, la marginación, la opresión, la violencia, la tortura y el encarcelamiento, la guerra, la privación de la libertad y de la dignidad, por la ignorancia y el analfabetismo, por la emergencia sanitaria y la falta de trabajo, el tráfico de personas y la esclavitud, el exilio y la miseria, y por la migración forzada.
La pobreza tiene el rostro de mujeres, hombres y niños explotados por viles intereses, pisoteados por la lógica perversa del poder y el dinero. Qué lista inacabable y cruel nos resulta cuando consideramos la pobreza como fruto de la injusticia social, la miseria moral, la codicia de unos pocos y la indiferencia generalizada.
Papa Francisco I Jornada de los pobres,5
¿Y tú que dices? ¿Quién es el pobre que tienes en tu entorno?
ORACIÓN FINAL
Señor Jesús, Vengo a ti las manos vacías.
Dame tu espíritu que las llenan del pan compartido.
No me dejes insensible e indiferente.
Dame la sabiduría y la energía de combatir las estructuras de injusticia. Haz de mi un instrumento de tu cariño. Haz que a través de mí, las personas vean tu rostro de amor absoluto.